El tributo de la Corte Oscura


Holly  Black ; 264 paginas (Alfaguara)


"Numerosas criaturas envueltas por el humo se afanaban de un lado a otro y transportaban pucheros de grandes dimensiones, montones de ratas despellejadas, pequeños pasteles, cestas de manzanas plateadas y toneles  de vino"



Sinopsis

Kaye es una adolescente desarraigada que viaja de aquí para allá con su madre, una  cantante mediocre con ansias de celebridad. Kaye no es una chica como las demás. Sus amigos opinan de ella que es un poco rara, y a menudo no encuentran explicación a las cosas misteriosas que le suceden. Cuando era pequeña, Kaye recibía la visita de las hadas y otros duendes, aunque ahora, años después, cree que todo aquello sólo fue fruto de su imaginación. Un día, inesperadamente, las hadas vuelven a llamar a su puerta, necesitan ayuda. La Corte Oscura va a llevar a cabo El Tributo: el cruel sacrificio de un humano bondadoso. Si lo consigue, las hadas solitarias perderán su libertad durante siete años. El equilibrio del universo mágico peligra. Pero ¿por qué acuden a ella? ¿Qué tiene de especial? Kaye descubrirá que la realidad que conocía no era más que un espejismo.

El tributo de la Corte Oscura de primeras, llama mucho la atención, no sólo por la portada sino también por la sinopsis. Me parece un puntazo el contraste que se percibe durante toda la novela  entre la realidad más urbana y marginal y la fantasía más pura y purpurinácea. Kaye es al mismo tiempo una chavala que le roba cigarros a su madre y  le vacía las botellas de alcohol en el desagüe mientras tiene que soportar que diminutas y traviesas haditas (pixies, en inglés) se le cuelen entre el cabello y se dediquen a hacerle nudos.  


Me han parecido muy originales y cuidados los personajes fantásticos. Estoy harta de ver siempre dragones, orcos, elfos y vampiros en los libros de ficción. Que las protagonistas sean pixies (diminutas haditas) cada una con nombre y personalidad propia, y que no caiga en el típico error que suelen cometer este tipo de libros;  hacer un mezcladillo variopinto de personajes fantásticos sin ton ni son, es de agradecer.  Con esto no quiero decir que no aparezcan más personajes, el capítulo en el que aparece un kelpie (una especie de caballo maligno que vive en el agua) me ha parecido precioso. También hay duendes y algún que otro personaje más, pero éstos no roban protagonismo ni chupan demasiadas páginas.



Otro punto a favor es que tiene partes macabras y oscuras, para mi gusto muy bien narradas. Me encanta el choque entre haditas monas pululantes  y duendes  de dientes afilados comiendo entrañas engusanadas. Juega con el factor sorpresa y le da un toque más dinámico.

Por otra parte, el enorme punto en contra que tiene este libro son los personajes. No están bien construidos, no parece que tengan una personalidad sólida e instaurada.  Personalmente prefiero mil veces que estén estereotipados a que carezcan de individualidad alguna. La protagonista se salva un poco, tiene más garra, pero los secundarios son horribles, no me ha llegado a simpatizar ninguno porque no me los he creído.  Cuando da la sensación de que los personajes son inventados (que lógicamente lo son, pero nosotros, los lectores, no tenemos que enterarnos xd ) se debe en parte a que sus diálogos no muestran la identidad propia de cada uno. Por tanto se puede deducir que los diálogos tampoco son muy buenos.

La historia de amor me ha parecido una basurilla. Muy cutre, en serio, tal vez sea (lo más seguro)  porque el sujeto masculino, Roiben, un ser elfíco,  no me lo he acabado de creer. Creo que narrar una trama amorosa es bastante complicado y cuando no lo haces bien corres el riesgo de que se convierta en un bodrio insulso, como le ha pasado a Holly Black. Por lo menos no ha sido abusiva.



En conclusión, es una historia muy bonita,  Holly Black  tiene en mente un cuento de hadas original y con encanto, pero es una lástima que le falle algo la técnica.  Comprobaré si en los siguientes libros  ha mejorado, ya que aunque El tributo de la Corte Oscura es autoconclusivo la autora ha escrito otro  más, Ironside con la misma historia, y un tercero de la misma serie pero con distintos personajes llamado Valiant.




NOTA: 6.5

Memorias de una Geisha


Arthur Golden; 655 pág. (de bolsillo) Ed. Punto de lectura (Santillana)


"Imagínate que tú y yo estuviéramos sentados en una apacible estancia con vistas a un jardín, tomando té y charlando sobre unas cosas que pasaron hace mucho, mucho tiempo, y yo te dijera;el día que conocí a fulano de tal... fue el mejor día de mi vida y también el peor». Supongo que dejarías la taza sobre la mesa y dirías: ¿En qué quedamos? ¿fue el mejor o el peor?». Tratándose de otra situación, me habría reído de mis palabras y te habría dado la razón. Pero la verdad es que el día que conocí al señor Tanaka Ichiro fue de verdad el mejor y el peor día de mi vida. Me fascinó, incluso el olor a pescado de sus manos me pareció un perfume. De no haberlo conocido, nunca hubiera sido geisha."

 

Sinopsis:

Poco antes de su muerte, Sayuri, una anciana japonesa afincada en Nueva York, cuenta la historia de su vida a un joven amigo americano. El poder de seducción de la voz narrativa de esta geisha legendaria transporta al lector a un Japón de entreguerras, lleno todavía de ecos feudales, y a una de las tradiciones japonesas que más curiosidad inspiran en el mundo occidental: la de la geisha, una peculiar práctica cultural a la que están ligadas artes tales como la seducción, la danza, la pintura o la clásica ceremonia del té.




Cuando la protagonista de un libro tiene la capacidad de tenderte una  mano y arrastrarte hacia su mundo, se trata sin duda, un buen libro.  Sobre todo si ese mundo se encuentra a más de 10000 kilómetros del tuyo.

En Memorias de una Geisha acompañas (como si fueras el fantasma de navidad ) a Sayuri, recorriendo tooooooda su vida, desde su infancia; cuando su padre la vende, hasta la vejez, cuando se sienta a relatarle  lo que ha sido de su vida a un periodista. Es un libro que te puede gustar o no, depende de lo que andes buscando.

Uno de los puntos fuertes del libro es que aprendes muchísimo de la cultura japonesa, no es que el libro esté ambientado en Japón, es que el libro es japonés; se desayuna en japonés, se viste en japonés, se lavan los platos en japonés, los modales son japoneses, las casas, los gatos, las travesuras, el asfalto, las bebidas, los árboles, las costumbres y los rituales, TODO  absolutamente todo es japonés. Cuando acabé la novela me costó acostumbrarme al mundo occidental (y esa sensación de aturdimiento post-avión sin salir de casa, no tiene precio)

Está escrita en primera persona y aunque la gramática es entendible al 100%, no es un libro fácil: sentimientos complejos, reflexiones, situaciones difíciles… y muchísimas palabras propias de la cultura japonesa, que hacen que se ralentice un poco la lectura. Todo esto dota de mayor realismo a la historia (sumergiéndote más en ella) pero también hace que se densifique. No es un libro para leer a temporadas, puesto que se te olvidarán la mitad de palabras.

Hacia la mitad del libro, aparece la trama amorosa. Por lo general no soy muy aficionada a este tipo de historias, pero reconozco que, aunque el amor está idealizado, es tratado de una forma bonita, sin cursilerías ni sentimentalismos.

Es un libro bastante largo y por tanto hay partes que gustan más que otras. A mí  en concreto me ha gustado mucho la primera parte: toda la infancia y el recorrido hasta convertirse en geisha.  La que menos me ha gustado es la temporada de la 2ª Guerra Mundial, aunque reconozco que aprendí muchísimo.
En resumen, es un libro denso, pero de los que dejan huella.  Leerlo es como hacer un viaje, hace falta tiempo y ganas, aunque estoy segura de que nadie olvidará nunca a la guía.

Nota: 7/10


Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro. (Emily Dickinson)





Desde mi cielo

Alice Sebold; 326 págs. en Debolsillo.






Me llamo Salmon, como el pez; de nombre, Susie. Tenía catorce años cuando me asesinaron, el 6 de diciembre de 1973. Si veis las fotos de las niñas desparecidas de los periódicos de los años setenta, la mayoría eran como yo: niñas blancas de pelo castaño desvaído. Eso era antes de que en los envases de cartón de la leche o en el correo diario empezaran a aparecer niños de todas las razas y sexos. Era cuando la gente aún creía que no pasaban esas cosas.”





Sinopsis:

Cuando conocemos a Susie Salmon, sabemos que ya está en el cielo, en su nuevo hogar. Desde allí nos va a relatar, con la inconfundible voz de una adolescente de catorce años, una historia tan inquietante como alentadora: la de su propio asesinato a manos de un vecino y el proceso de recuperación por el que van a tener que pasar sus seres queridos. 
Tras su muerte, Susie contempla cómo la vida continúa sin ella; sus compañeros de colegio rumorean sobre su desaparición, su familia mantiene la ilusión de encontrarla con vida y el asesino se esfuerza en borrar las huellas del crimen. 
Los acontecimientos se suceden al tiempo que Susie se va adaptando a ese lugar llamado cielo, un refugio mágico donde encuentra consejeros que le ayudan a entender la muerte y amigos con los que convivir, un nuevo hogar donde halla todo lo que desea excepto lo más importante: reencontrarse con las personas a las que ama y viven en la Tierra. 



No se me ocurre otra palabra para definir esta novela, que no sea especial. Especial, porque es diferente, pero de una diferencia preciosa y muy difícil de encontrar. ¿Por qué? Pues porque la novela está compuesta a partes iguales de páginas terroríficas y páginas tiernas, así como de realismo y de fantasía.

El libro es terrorífico porque: Susie  nos cuenta cómo la violaron y asesinaron. Lo hace de una forma  sutil y elegante, es decir, se nota que la autora no buscaba en ningún momento la lágrima fácil, el morbo y la violencia, pero a pesar de ello, consigue estremecernos mucho más que si lo hubiera relatado de forma explícita y agresiva. Muy pocos libros me han calado tan hondo como éste.  Supongo que será porque la autora, Alice Sebold, sufrió algo similar (lo leí en una entrevista) sin ser asesinada, obviamente.  Aunque no es autobiográfico, supongo que ha sabido mejor que nadie describir las emociones de Susie.

Siempre he pensado que lo que produce mayor miedo en el mundo, por encima de cualquier engendro sobrenatural,  es lo que pueden llegar a ser y a hacer las personas. Este libro no sólo es terrorífico por el suceso dramático que se cuenta al principio, si no porque  nos obliga a conocer al asesino, nos narra su vida, lo que siente,  sus miedos y temores y nos fuerza a entender el  cómo ha acabado siendo así. Además hay detalles que te dejan de helado.
El libro es tierno porque: aunque el punto de partida es un asesinato, los personajes destilan afecto por todas partes.  Los lectores pueden vivir perfectamente la relación que tenía Susie con su madre, padre y hermana, y cómo a pesar del tiempo, no dejan de añorarla y buscarla en cada pista que se le escapa al asesino. Además también se toca de una manera muy dulce la melancolía que siente Susie por no haberle dado tiempo a vivir un amor.

 Es realista porque la evolución de los personajes es excelente (el lector los ve crecer a través de los ojos de Susie) y acaban dónde tienen que acabar; la historia se hace muy creíble. Y a la vez, es una novela de fantasía, puesto que Susie va al cielo y nos cuenta el ambiente mágico y lleno de encanto en el que está. Además allí conoce a otra niña que le ayuda a entender el lugar en el que está y  a aceptar lo que le pasó.

La narración de Alice Sebold es genial; domina la técnica. Mucho dinamismo en las frases (cortas y largas) y  un ritmo ameno y bonito. Creo que el libro engancha más bien por su forma de narrar y la originalidad de la historia, que por el hilo argumental en sí, el cual, a su vez, no está nada mal.

En resumen, es un libro que a simple vista puede echarte un poco para atrás, puesto que  toca un tema que no es agradable, pero no tiene nada que ver con un drama. Aunque hay emoción y momentos tensos, no hay ni una gota de victimismo, no hay sensiblería barata ni tenemos la sensación de que nos estén manipulando sentimentalmente (como muchas veces pasa en otros libros)

Es una novela mágica y tierna, y a su vez, coges mucho cariño a la protagonista; no puede haber ni una sola persona en la Tierra que le caiga mal Susie. Aunque  el libro es viejo (lo leí hace unos años y ahora lo he releído) es famosísimo así que no tendréis problemas en encontrarlo en las bibliotecas, o pedirlo prestado. Lo recomiendo mucho, por algo Peter Jackson hizo una película de él, ¿no? 









Nota: 8/10



Gris


           ¡Voy mejorando con las ilustraciones! :)

Las Brujas


Buscando los libros  que me faltaban por leer del grandiosamente grandísimo amo y señor de la literatura  infantil Roald Dahl (autor de Matilda y James el Melocotón gigante), me he encontrado con que hace años hicieron una adaptación de su libro "Las Brujas" y ésto, ya por si solo, merece toda mi atención, con que si añadimos el aliciente de que a quién se le ocurrió la maravillosa idea fue a... Jim Henson! (creador de los Teleñecos, los Fraguel Rock, Barrio Sésamo, Dentro del Laberinto...) se me ponen los ojos como platos.

Entonces fui derecha a bajarme la película (sí, he pecado xD ) y cual fue mi sorpresa, que ya la conocía.
Era una de esas películas que se te quedan escenas grabadas en el subconsciente, y te mueres de ganas por tirar del hilo y sacarlas todas a la luz, porque te encantaban. Me acuerdo que de pequeña siempre me la encontraba echándola por la tele a mitad, ya empezaba, y me moría de la rabia. Menos mal que los tiempos han cambiado  y ahora tenemos más fácil alcance a joyitas macabroinfantiles como ésta.

Irlanda, Espido Freire.



Hacía muchos libros que no encontraba uno que me gustase tanto.





Natalia muy afectada por la muerte de su hermana, es enviada al campo a pasar el verano en  compañía de sus primos Irlanda y Roberto. Una novela en la que la belleza, la crueldad y los presentimientos recrean una atmósfera inquietante e irresistible.


La narración es preciosa, tanto , que me costó  un par de páginas acostumbrarme. Llevaba tiempo leyendo literatura juvenil, donde todo sucede bastante deprisa, está muy definido, y se centra más o menos en la acción. Este libro, en cambio, tiene una narración con un aire poético que me ha resultado de lo más agradable. Métaforas, hipérboles y demás herramientas, ha usado esta autora para recrear una ambientación mágica y tétrica a la vez. Además, el juego psicológico con el que maneja a los personajes es sin duda magistral.


Y hablando de los personajes, están perfectamente construidos, con personalidades complejas, (parece mentira que fuera uno de sus primeros libros) y sin caer en ningún momento en tópicos. Hay un punto en la lectura en que si que podemos distinguir el personaje "bueno" y el "malo" pero os aseguro, que la historia tiene tanto dinamismo que la idea que nos hemos estado formando evoluciona, cambia, pero con coherencia y fundamento.

Como en todos los libros su curva de enganchabilidad pasa por una meseta hacia la mitad, es decir, primero engancha, luego decrece-pero-mantiene, y por último vuelve a enganchar. Este tiempo de "meseta" aunque el lector piense que no pasa nada en la historia, es absolutamente necesario para conocer a los personajes y entrar en ambiente. Además, como la novela es tan cortita, en ningún momento llega a aburrir, ¡lo juro!

Si me preguntaran en qué género encuadraría esta novela, diría algo así como "realismo mágicotétrico". Me ha dejado con ganas de leer más de Espido, pero revisando su bibliografía, temo encontrarme con libros que no estén a la altura de éste.

En conclusión, un libro raro, con una narración preciosa y un final redondo, inesperado pero muy acertado. Es de esos libros que te dejan con esa sensación en el cuerpo de "libro especial"

Lo recomiendo sin duda. Por cierto, me parece encantador el nombre de Irlanda para una jovencita :) Adoro a los escritores que se esfuerzan en buscar e inventar nombres que capturan el alma de sus personajes. Dice mucho de ellos.

NOTA: 8,5 /10

El Principe de la Niebla


No entiendo qué falló entre nosotros. No sé si fui yo, con mis altas pretensiones, o fuiste tú con la sosería de tus diálogos. La cuestión es que no supimos entendernos.


Max es un chaval de trece años que junto a su familia, se traslada a una gran casa en la costa atlántica. La extrañeza que rodea la muerte del hijo de los antiguos propietarios,  relacionada con un tenebroso mago, hace que Max viva un verano inolvidable tratando de desentrañar el misterio.

Deseaba que me gustase este libro, lo deseaba con todas mis ganas. Primero, porque Zafón (según lo visto y leído en varias entrevistas) me cae magníficamente bien, (me suelen caer bien  personas que para el resto de los mortales son odiosamente bordes). Además, me mata de amor esa carita tan mofletudamente tierna, con sus dos pequeños ojitos xD

Pero a lo que íbamos, a la decepción del siglo.  Antes de nada quiero decir que bajo ningún concepto  voy a tolerar escusas del calibre de”no le pidas tanto a un libro infantil / juvenil” o “¡los niños no se fijan en esas cosas!” NO. Los niños y jóvenes se merecen el mismo respeto literario que los adultos. Y hay muy muy buenos libros para niños/jóvenes, libros malos, y libros mediocres, como éste.

Bien, lo primero, resulta imposible llegar a simpatizar con los personajes, ya que están pésimamente caracterizados. Si me preguntasen por la personalidad de cada uno, no tendría ni idea de qué contestar.  Max (personaje principal) ni siente ni padece, no sabemos qué le gusta, qué  piensa o qué defectos y virtudes tiene.  O peor aún, sí lo sabemos, y   la respuesta es NADA.  Soserío al 100%.  Es un niño tan plano, aburrido y con un discurso tan robotizado que dan ganas de martillearle la cabeza. Además, no es solo su forma de hablar, es que tampoco tiene muchos sentimientos que digamos.  Hay una escena en que tímidamente parece que  se atreve a sentir algo (¡BIEN!) cuando ve a su hermana dándose besitos con su único amigo del pueblo,  pero espera, falsa alarma descarta la idea por considerarla inmadura. Olé  esos trece años bien cumplidos.

Por no hablar de los padres y hermana, todos perfectamente normales, felices  y equilibrados. El padre, es el típico padre perfecto (perfectamente soporífero)  sacado de normalidandia. En fin, supongo que de tal palo, al astilla. 

Además, son increíbles. Pero increíbles, increíbles, en el sentido literal de la palabra. Vamos a ver alma de cántaro, que idea me tengo que formar de un chaval de trece años que le dice a su padre “papá, voy al cole” Y acto seguido habla utilizando palabras en plan “Explícamelo ¿qué sucedió exactamente? “ sé  que la historia está ambientada en los años cuarenta, y por eso mismo justifico que Max le trate de usted al malo cuando intenta arrancarle la vida, pero ¿quién se cree que un niño de esa edad hable así? Pero bueno, por lo menos me  imagino al crío  con esos aires de pequeño adulto y me da risa xD
Pero al autor le da igual porque lo mismo da que hable la madre, el padre, la hermana, el amigo, o Max, todos hablan de la misma manera. Primero escribe la frase que tenía pensada y luego elige un nombre al azar para poner después del —dijo.  El único que a Dios gracias tiene de vidilla es el Príncipe de la Niebla, (que para ser sinceros es el que mejor me cae)
 
Y por supuesto, las relaciones que se establecen entre Max- Alicia (Hermano y hermana)  Roland- Alicia (amor) son…  ¿cómo decirlo sin repetirme? Insípidas, insustanciales, sosainas, planas, desaborías, insulsas, vacías, previsibles, aburridas, soporíferas, bostezantes y anodinas.

Quién encuentre una sola exclamación en todo el libro: felicidades, ya habrá pasado el test de snellen.

Respecto a su narración no  entiendo por qué la gente dice que le engancha. Sí, es fácil y amena, sí, tiene buen ritmo, y no, no engancha. Para que un libro enganche, el autor debe de ir primero creando una tensión, picándole la curiosidad al lector. En ningún momento he sentido esto con El príncipe de la niebla. Aquí se trata al lector como un recipiente vacio en el que volcar la historia, sin darle la oportunidad de romperse la cabeza haciendo mil cábalas para explicar los sucesos (al fin y al cabo, es lo que gusta de los libros de misterio) En dos charradas con el personaje de turno ya tiene toda la historia explicada.
Lo que me acabó de convencer de que este libro era ideal para estamparlo contra la pared, fueron los muchos cabos sueltos, en los que me extenderé bien a gusto en los spoilers, a ver si algún alma caritativa me resuelve lo que no me ha resuelto Zafón. Es que claro, como va sembrando tanto el libro de topicazos y enigmas trillados sin ton ni son, luego no se acuerda de recoger la cosecha.  

A pesar de toda mi vomitera, también he de decir los puntos a favor, que los tiene. Zafón ha sabido recrear un ambiente con un encanto encantador, y me ha encantado =) (hay que ver que faso suena después de todos los picotazos de cobra que le he tirado,pero es verdad). Me he imaginado perfectamente, y todo sin mucha paja innecesaria (véase los pilares de la tierra), la bahía, el pueblo, la playa… Esa mezcla del calor del verano y la humedad del mar en un pueblo casi deshabitado.  La descripción de los escenarios también tiene como… ¿magia? Me han gustado mucho, sí. En este aspecto le pongo un 10.

No obstante, no he sabido dónde situarme, los personajes tienen nombres mezclados y ambiguos en plan “quiero hacer una novela con nombres a lo superguay ingleses pero no me atrevo del todo”  Por ejemplo: Víctor Craf, Irina, Andrea y Alicia (españoles) Fred, Max, Jacob, Roland, Angus, Maximiliam… Todo un revoltijo. Reconozco que esto es una pequeñez  sin importancia y que mi crispación se debe a los otros factores, pero tenía que decirlo.

Pero bueno, lo que es la historia en sí, no ha estado del todo mal. Seguramente me haya influido las expectativas que tenía en este libro, premio EDEBÉ, y en este autor en concreto, pero con más certeza aún afirmo que  el nombre de Carlos Ruíz Zafón ha provocado en la muchedumbre una sugestión patológica al valorar  “El Príncipe de la niebla”.

  Además, cuando en un libro se escribe el nombre del autor  tres veces más grande que el del título, algo malo está pasando.
 PD: Espero que después de mi discurso, por lo menos hayáis aprendido qué es el test de snellen xD 


PARA LOS QUE YA LO HAN LEÍDO O NO TIENEN NINGÚN INTERÉS EN HACERLO:


No me negareis que deshacerse de un manotazo de los personajes que estorban mandando a la hermanita en coma al hospital, no es algo que te deja patidifusa. Sobre todo cuando luego no se explica  nada sobre el por qué estaba el mago en el armario…  A ver qué interés tenía en hacerle eso a la pobre criaturita, cuando ni siquiera sentía interés por Max, si no únicamente por Jacob/Roland. Xd  Y la reacción de los chicos es: hacerse  unos bocadillos, una limonada e irse a la playa, ¡bien! 

- De paso también nos deshacemos del gato, que tanto misterio ha movido. Y no, no puede ser el Principe de la Niebla manifestado en felino en una de sus muchas formas, puesto que en la escena de la caseta de feria, más adelante, sale Caín acariciando al gato.  No entiendo por qué desaparece con los otros personajes y por qué no se explica nada de él, con ese espeial halo de intriga que lo había dotado.

- ¿Por qué aparecía el reloj que le regaló el padre de Max en manos del payaso en el vídeo que Roland firmó años atrás? 

- ¿Por qué el reloj (y en general muchos relojes aparecidos) del campanario de la plaza del pueblo va hacia atrás?  ¿Y por qué Zafón no lo explica?


NOTA: 5/10