La evolución de Calpurnia Tate

Aún a riesgo de parecer una superficial redomada, lo cierto es que mis manos fueron a parar a este libro por su PRECIOSA portada. Me enamoró. Después, leí el argumento, claro :

Calpurnia, Callie Vee, es una niña que vive en un pueblo de Texas. A pesar de que su madre insiste en que aprenda a tocar el piano, coser y cocinar, ella está más interesada en lo que ocurre tras la puerta cerrada de la biblioteca, o en el laboratorio de su abuelo. Poco a poco irá ganándose a este señor un tanto huraño y empezará a colaborar con él en sus observaciones del medio natural, aprenderá quién es Darwin, qué son las especies y las subespecies y también lo idiotas que se vuelven los hermanos mayores cuando se enamoran.




He de decir que la novela tenía muchos puntos a favor para cautivarme: está narrado en primera persona  por una niña (me encantan los libros con personajes infantiles) y a parte, el tema versa entorno a la naturaleza,  un gusto que Calpurnia y yo compartimos.

La narración es ligera y a la vez delicada, la autora  hace un enorme esfuerzo por transmitirnos la belleza en simples detalles de la naturaleza. Se nota que aprecia la curiosa conducta de los pequeños bichitos o la bonita forma de las flores. Si alguien ha leído la trilogía de Gerald Durrell (Mi familia y otros animales, El jardín de los dioses y  Bichos y demás parientes) sabrá de lo que hablo, y para los que no, un ejemplo:

" La oruga estaba cubierta de un denso pelaje que parecía tan afelpado y agradable como el pelo de un gato, pero yo sabía que no había que acariciarla: toda mi vida me habían dicho que las orugas tigre pican un horror. Aunque no sabía si un horror muy grande, o un horror muy pequeño"


En ese capítulo, por ejemplo, se pasa hojas y hojas hablando de orugas tigre y  polillas, aunque lo hace de una manera muy bonita y tierna, a quien no le guste recrearse demasiado en la naturaleza, se le va a atragantar muchísimo el libro.  Por mi parte no lo critico, puesto que a mi también me fascina todo ser viviente y sus peculiaridades, además, se añaden citas de Darwin y datos científicos que me resultan bastante interesantes.

Algo que ha sabido hacer perfectamente la autora es crear una genial ambientación. Imaginaos lo bien que lo ha tenido que hacer para que yo, que no tengo mucha idea de historia americana, me adentrara en ese caluroso Texas de 1899. La fábrica de pacanas que gestiona su familia (clase acomodada), la primera Coca Cola que probó (genial esa parte) la primera vez que fue al fotógrafo... Son pequeñas historietas que te sacan una sonrisa, porque sinceramente, nunca me había parado a pensar  en las primeras impresiones surgidas en la gente al descubrir esa nueva bebida de nombre tan raro.

La única pega que le veo al libro  es que le falta emoción. No tiene la presentación clásica de introducción, nudo y desenlace, pero podría al menos, tener una pequeña trama. Están muy bien narrados los días que pasa descubriendo la naturaleza con su abuelo, pero hacia la mitad del libro ya resultan un poco aburridos. Sin embargo, hacia el final del libro hace un nuevo repunte, con algunos sucesos que pasan en el pueblo.

En conclusión, no me arrepiento de habérmelo leído, pero sí de habérmelo comprado. Es un libro agradable, para leer sobre todo si estamos saturados de lecturas densas, y si puede ser bajo las sombra de un árbol en verano, mejor que mejor, jaja.  Cuando lo acabé tuve la sensación de que había pasado una encantadora y apacible temporada en casa de Calpurnia Tate, en Texas, 1899.

NOTA: 7/10

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